A partir del 1 de febrero el código IBAN sustituirá al código de 20 dígitos como principal identificador de una cuenta bancaria. Un nuevo número fundamental para el pago de recibos, el cobro de las nóminas o cualquier tipo de transferencia bancaria.
Para solicitar el cambio de este nuevo código bancario, los usuarios deberán acudir a las entidades bancarias y solicitarlo. Dicha modificación del número de cuenta es totalmente gratuito, y la entidad no tiene porque cobrar nada al cliente.
El IBAN ya se lleva usando varios años para transferencias fuera de España, y que a partir de 1 de febrero será también el número requerido para efectuar o recibir pagos y domiciliaciones dentro de nuestro país.
Se compone de 24 números (a diferencia de los 20 del actual CCC) y está formado por el número de cuenta actual, precedido del código de país y un dígito de control. En el caso español el código nacional serán las letras E y S.
El uso del IBAN a nivel europeo es una consecuencia derivada de la creación de la Zona Única de Pagos en Euros, una iniciativa europea que permite a particulares y empresas realizar sus pagos electrónicos, tanto nacionales como transfronterizos, en euros y con una regulación común en 33 países
¿A quién y a qué afecta?
El cambio afecta a cualquier ciudadano europeo que tenga una cuenta en un banco y a cualquier empresa, asociación u organismo público que realice transacciones bancarias.
En el caso de los particulares, el IBAN será el número requerido para efectuar el pago de nóminas o de domiciliaciones, que ahora podrán efectuarse de forma mucho más sencilla en el caso de que provengan o se emitan hacia el extranjero.
Las empresas, y en particular las pymes, deberán tener especial cuidado para notificar su código IBAN a clientes y proveedores, ya que será este el número requerido a la hora de emitir pagos o transferencias.