Este miércoles día 31, coincidiendo con la víspera de la festividad de Todos los Santos, tendrá lugar un año más la Ruta de la Luz del Melón. Se trata de la octava edición de esta actividad que está organizada por la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Guareña, en colaboración del servicio de dinamización deportiva de la Mancomunidad Guadiana.
Anualmente, este evento gira en torno a varios temas, para esta edición la organización ha decidido que se haga un homenaje a diferentes profesiones y por ende también a las personas que las ejercieron. La salida de la ruta está prevista para las 19hrs desde el parque del Chiriveje, y terminará, previo paso por varias ‘estaciones’ en la Plaza de España.
La primera estación será la Panadería de Merino. En ella se recordará a Félix Merino Bejar, cuyos ancestros también se dedicaron a la panadería. Durante su oficio de panadero, además de repartir el pan en Guareña, también lo hizo en Cristina. «Si quieres tener tipo fino, compra pan de Merino», se decía.
Posteriormente, el recorrido parará en la segunda estación. En ella se homenajeará a Manolo ‘El Fotógrafo’, un hombre autodidacta en su profesión que hizo multitud de reportajes de fotos de comuniones, bautizos, bodas, o diferentes fiestas de nuestro pueblo con las que muchas familias siguen recordando dichos eventos.
La tercera estación estará dedicada a los ‘Pescaeros de Rio’ que existían hace años en el pueblo, y que después se vendían en el Mercado de Abastos para su consumo. Los peces procedían de ríos y charcas cercanas al pueblo como el Guadiana, el Guadámez, el Búrdalo, o el Zújar.
El ‘Comercio de Isaac’ será el punto de la cuarta estación de la ruta. Se trataba de una tienda de comestibles situada en la calle Alberquilla, que según se recuerda, fue muy usada para el abastecimiento de patatas durante la Guerra Civil. El pueblo guarda muy buen recuerdo de el por estar toda una vida dedicada en pleno al comercio.
Finalmente, en la última parada se recordará a ‘Cirilo el de las Vacas’, que recordemos fallecía hace dos años. Desde los nueve años comenzó a ayudar a sus padres a cuidar del ganado. Cirilo preparaba a diario parte de la leche recién ordeñada que vendía después a granel. También hacía quesos frescos artesanos que elaboraba junto a Mari, su mujer.