El Ayuntamiento de Guareña instalaba la semana pasada, en tres puntos de nuestra localidad, varios paneles promocionales con la imagen del Turuñuelo para que la ciudadanía tenga presente la importancia que tiene dicho yacimiento tartésico ubicado dentro de nuestro término municipal.
Dichos paneles se han instalado tanto en el Mercado de Abastos, en la calle Grande y en la Plaza de España, y en ellos se puede observar el logotipo creado para tal efecto, así como la escalinata que da acceso al patio interior del yacimiento. Esta iniciativa se enmarca dentro de la apuesta para que tanto los vecinos y vecinas de Guareña como las personas que visitan nuestro pueblo, conozcan este enclave histórico.
Cabe recordar, que hace justo un año, el Turuñuelo fue declarado como Bien de Interés Cultural en categoría de zona arqueológica, por parte de la Junta de Extremadura por «ser el yacimiento protohistórico construido en tierra mejor conservado del mediterráneo occidental», ya que mantiene en pie sus dos plantas constructivas. Este excelente estado de conservación que ha permitido documentar técnicas constructivas hasta ahora desconocidas de la cultura tartésica, muchas de ellas atribuidas a épocas posteriores, según se recogía en el decreto de la declaración.
Además, también se destaca la existencia de una bóveda de ladrillo que cubría la estancia principal o los grandes sillares realizados con mortero de cal empleados para la construcción de una escalinata monumental de casi tres metros de altura que sirve para comunicar el patio con la planta superior.
También, en la argumentación de la declaración, se destacó el hallazgo de un gran sacrificio de animales que a modo de hecatombe se ha documentado en el patio del edificio que sobre el suelo de pizarras y componiendo una escena bien diseñada, se dispusieron 53 caballos, cuatro vacas, tres cerdos y un perro, una operación que se debe relacionar con el ritual que acompañó a la clausura del edificio.
Finalmente recordar que, desde el pasado mes de enero, el ejecutivo regional es el propietario del yacimiento, que ha permitido retomar desde hace varias semanas los trabajos de investigación a cargo del Instituto Arqueológico de Mérida, tras su paralización por parte de los antiguos propietarios en el año 2018.